Pasar de Windows 7 Ultimate a una versión inferior

Cuando Microsoft ofreció la posibilidad de probar de forma gratuita y legal su Windows 7 (en las versiones beta y release candidate), todo el mundo sabía que esas versiones dejarían de funcionar en un periodo corto de tiempo. Aún así, puestos a probar, la gran mayoría de usuarios se decantó por la versión Ultimate del último sistema operativo de Microsoft.

Pero cuando llega el momento de comprar la licencia... ¿alguien se ha parado a pensar que vale 300 euros? ¿Y que es mucho más barata la Home Premium, que para la mayoría de los casos ya es suficiente? Sí, claro que hay otros métodos para tener Windows 7 funcional pero estamos hablando de ir por la vía legal.

Si tenemos Windows 7 Ultimate instalado, la única opción que se nos ofrece para pasar a una versión inferior es guardar los datos, reinstalar y formatear. El sistema se negará a dejarnos instalar cualquier versión que no sea la Ultimate. Pero hay un truco para saltarse esta restricción (no apto para el que no sepa lo que es el registro de Windows).

1. Nos vamos a Ejecutar y tecleamos Regedit para acceder al editor del registro.

2. Buscamos la clave HKEY_LOCAL_MACHINE\Software\Microsoft\Windows NT\CurrentVersion

3. A la derecha, veremos dos claves (EditionID y ProductName) que nos indican que tenemos la versión Ultimate:

Si queremos pasar de Ultimate a una versión inferior, cambiaremos el valor de estas dos claves.

EditionID: HomePremium
ProductName: Windows 7 HomePremium

En este primer caso, pasaríamos a la versión Home Premium.

EditionID: Professional
ProductName: Windows 7 Professional

Y en este, a la Profesional. 

4. Si estamos ya en la versión definitiva de Windows 7, no tenemos más que insertar el disco de la nueva versión a la que queremos pasar y elegir la opción de actualizar. Si tenemos la versión beta o la RC, en cambio, tenemos que seguir un par de pasos más para cambiar algunas rutas.

5. Extraemos los archivos del DVD o la imagen de Windows 7 que deseamos instalar a nuestro disco duro.

6. Localizamos la carpeta llamada sources.

7. Editamos el archivo cversion.ini con cualquier editor de texto y buscamos la siguiente línea.

[HostBuild]
MinClient=7233.0

8. Reemplazamos el valor 7233.0 (o el que sea) por 7000.0

9. Grabamos los cambios y ejecutamos la instalación desde los archivos que hemos copiado a nuestro disco duro. Elegimos la opción de actualizar y empezará el proceso.

Drivers para placas base Asus

Cuando nos planteamos instalar un nuevo sistema operativo o reinstalar el que ya tenemos, muchas veces nos encontramos con el problema de los drivers. Los que suelen venir cuando compramos el equipo están ya obsoletos cuando los instalamos y las webs de los fabricantes ofrecen actualizaciones constantes.

Actualizaciones constantes, sí... mientras los componentes siguen en el mercado o son relativamente recientes. Cuando el dispositivo para el que necesitamos los controladores tiene unos añitos, muchas veces ha desaparecido de la página del fabricante y no tenemos manera de encontrar los últimos drivers disponibles de manera fiable. Siempre nos queda recurrir a san Google, claro.

Hace un par de semanas me encontré en esta tesitura: actualizando a Windows 7, el sistema reconocía el audio integrado de la placa base (una Asus con socket AM2, la M2N-E) pero lo instalaba como genérico. Y en la web del fabricante no encontré controladores actualizados al nuevo sistema operativo de Microsoft. Así que acudí a Google, sin demasiado éxito. Hasta que encontré un FTP oficial de Asus que me sacó del apuro, y que puede salvar a más de uno.

Enlace: FTP de Asus

Aunque esté algo desordenado, podemos encontrar de todo: drivers para las gráficas integradas, para los controladores de sonido de Realtek o los ADI SoundMax, para las tarjetas de red, para el Cool n'quiet de AMD... Casi diría que, lo que no podáis encontrar buceando por las carpetas de este FTP, es porque Asus no lo ha programado. Y sí, hay drivers válidos para Windows 7.

Eliminar Windows Vista en un doble arranque con Windows 7

Recientemente, instalé Windows 7 para probarlo en mi PC con Windows Vista. Como hombre prevenido vale por dos, creé una nueva partición en el disco duro principal donde instalar el nuevo sistema operativo. El proceso me dejó un equipo con dos sistemas operativos y doble arranque sin ningún problema: siempre que instalemos primero el sistema operativo más antiguo (o ya lo tengamos instalado como en mi caso) no tendremos más complicaciones.

Al cabo de unas semanas, llega el momento de preguntarse para qué mantener Vista. Su partición ocupa espacio y no tiene especial interés seguir entrando en el sistema si Windows 7 funciona de perlas. Así que pensamos: simplemente me cargo la partición antigua y a correr. El gestor de arranque se ha instalado con Windows 7 así que no se debe perder, dicta la lógica simple. Pero no. Porque la partición de Vista es casi seguro que estaba situada físicamente al principio del disco duro y el sector de arranque maestro al que accede el ordenador al iniciarse estará en esa partición.

¿Cómo proceder entonces? Pues sin miedo.  Lo primero que haremos es conseguir un disco de arranque con un gestor de particiones, como Gparted. ¿Para qué? Pues porque desde Windows 7 mismo no nos dejará toquetear demasiado su propia partición, así que es útil tener un gestor de discos que arranque de forma independiente. Bajamos la .iso de Gparted, la quemamos en un CD y la tenemos preparada.

Accedemos al administrador de discos de Windows 7 (sobre el icono de Equipo, elegimos la opción de administrar. En la pantalla que nos aparecerá, elegimos Almacenamiento y Administrador de discos).

Como hemos entrado desde Windows 7, la partición correspondiente a C: no estará marcada como activa. Lo estará la que contenía el Windows Vista. Convertimos en activa la partición de Windows 7 y después eliminamos la de Vista, desde el Administrador de discos mismo.

Aparentemente, no habrá pasado nada. El ordenador seguirá funcionando sin problemas pero, si reiniciamos, obtendremos un bonito mensaje de error. Ya no encontrará el arranque. Pero que no cunda el pánico que se soluciona en un momento.

Arrancamos el PC con el disco de Gparted. ¿Qué vamos a hacer aquí? Redimensionar la partición de Windows 7 para que ocupe el espacio que ha dejado libre el Windows Vista. El espacio libre aparecerá en gris, con el nombre de 'Unallocated'.

La operación es larga, y tarda más o menos dependiendo del tamaño de las particiones. Pero una horita no os la quita nadie. Cuando haya terminado, ya tendremos nuestra partición de Windows 7 ampliada: es el momento de volver a acceder al sistema.

Si intentamos arrancar desde el disco duro, aparecerá un mensaje de error porque nos hemos cargado el inicio. Para repararlo, no tenemos más que insertar el DVD de Windows 7 y arrancar el PC con él. Iniciamos el proceso de instalación y, después de introducir el idioma en el que realizar la instalación, veremos que aparece la opción de 'Instalar ahora' en el centro de la pantalla y, a la izquierda una opción llamada 'Reparar equipo'. Esta es la que nos interesa. Buscará la partición de Windows 7 automáticamente y nos mostrará el siguiente menú.

Elegimos la opción marcada, la de Reparación de inicio. La seleccionamos y, cuando reinicie el equipo, sacamos el DVD y habremos terminado: tendremos de nuevo el arranque de Windows 7 a punto de revisión.