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Porque, a veces, tocamos los cacharritos más de lo que deberíamos

lunes, febrero 15, 2010

Eliminar Windows Vista en un doble arranque con Windows 7

Recientemente, instalé Windows 7 para probarlo en mi PC con Windows Vista. Como hombre prevenido vale por dos, creé una nueva partición en el disco duro principal donde instalar el nuevo sistema operativo. El proceso me dejó un equipo con dos sistemas operativos y doble arranque sin ningún problema: siempre que instalemos primero el sistema operativo más antiguo (o ya lo tengamos instalado como en mi caso) no tendremos más complicaciones.

Al cabo de unas semanas, llega el momento de preguntarse para qué mantener Vista. Su partición ocupa espacio y no tiene especial interés seguir entrando en el sistema si Windows 7 funciona de perlas. Así que pensamos: simplemente me cargo la partición antigua y a correr. El gestor de arranque se ha instalado con Windows 7 así que no se debe perder, dicta la lógica simple. Pero no. Porque la partición de Vista es casi seguro que estaba situada físicamente al principio del disco duro y el sector de arranque maestro al que accede el ordenador al iniciarse estará en esa partición.

¿Cómo proceder entonces? Pues sin miedo.  Lo primero que haremos es conseguir un disco de arranque con un gestor de particiones, como Gparted. ¿Para qué? Pues porque desde Windows 7 mismo no nos dejará toquetear demasiado su propia partición, así que es útil tener un gestor de discos que arranque de forma independiente. Bajamos la .iso de Gparted, la quemamos en un CD y la tenemos preparada.

Accedemos al administrador de discos de Windows 7 (sobre el icono de Equipo, elegimos la opción de administrar. En la pantalla que nos aparecerá, elegimos Almacenamiento y Administrador de discos).



Como hemos entrado desde Windows 7, la partición correspondiente a C: no estará marcada como activa. Lo estará la que contenía el Windows Vista. Convertimos en activa la partición de Windows 7 y después eliminamos la de Vista, desde el Administrador de discos mismo.

Aparentemente, no habrá pasado nada. El ordenador seguirá funcionando sin problemas pero, si reiniciamos, obtendremos un bonito mensaje de error. Ya no encontrará el arranque. Pero que no cunda el pánico que se soluciona en un momento.

Arrancamos el PC con el disco de Gparted. ¿Qué vamos a hacer aquí? Redimensionar la partición de Windows 7 para que ocupe el espacio que ha dejado libre el Windows Vista. El espacio libre aparecerá en gris, con el nombre de 'Unallocated'.


La operación es larga, y tarda más o menos dependiendo del tamaño de las particiones. Pero una horita no os la quita nadie. Cuando haya terminado, ya tendremos nuestra partición de Windows 7 ampliada: es el momento de volver a acceder al sistema.

Si intentamos arrancar desde el disco duro, aparecerá un mensaje de error porque nos hemos cargado el inicio. Para repararlo, no tenemos más que insertar el DVD de Windows 7 y arrancar el PC con él. Iniciamos el proceso de instalación y, después de introducir el idioma en el que realizar la instalación, veremos que aparece la opción de 'Instalar ahora' en el centro de la pantalla y, a la izquierda una opción llamada 'Reparar equipo'. Esta es la que nos interesa. Buscará la partición de Windows 7 automáticamente y nos mostrará el siguiente menú.


Elegimos la opción marcada, la de Reparación de inicio. La seleccionamos y, cuando reinicie el equipo, sacamos el DVD y habremos terminado: tendremos de nuevo el arranque de Windows 7 a punto de revisión.

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1 comentarios:

  • A las 7:00 p. m. , Blogger Delolast ha dicho...

    No conocía "Gparted", muy útil porque por lo que veo se puede toquetear las particiones y dejarlas a un estado ideal sin problemas.

     

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